sábado, 4 de junio de 2022

Enfado, no hay nada que una caricia no calme

 
 

Enfado

Estaba enojada, como siempre le pasaba cuando discutía con su madre

-          ¿Qué sabe ella? ¿Qué ella también fue joven? Seguro que lo fue, nadie nace viejo  aunque a veces pareciera que fue así –

-          En todo caso eso fue hace mucho tiempo, las cosas entonces eran distintas, todo cambia – se dijo.

-          Menos los viejos y las madres, siempre iguales, siempre creyéndose unos sabiondos… -

Como de costumbre subió al desván, dispuesta a esconderse allí hasta que a su madre se le pasara la “persecuta”…si al menos papá aun estuviera con ellas…pensó y cerró la puerta de un golpe, como para a nadie le cupiera duda de lo mal que estaba.

Despechada busco un lugar que le pareció suficientemente sórdido, acorde a su estado de ánimo y se sentó a llorar…y en eso estaba cuando de pronto vio la caja rosa ¿de donde había salido eso? No recordaba haberla visto antes.

Curiosa la abrió y quedo maravillada, nunca había visto nada igual, pero enseguida tuvo una idea de cuál podía ser su uso, recordaba haber visto por ahí unos discos negros “long plays” decía en sus tapas. Tomo uno y lo coloco en el eje del disco central de la caja, puso sobre el “long play” el brazo de la misma, giro una perilla y, para su sorpresa, la música broto, inundando todo el lugar… llenándole el alma de recuerdos.

Conocía esa canción, era una canción de cuna, esa que ella recordaba de cuando su padre se sentaba en su cama acariciándoles los bucles, tranquilizándola con su gruesa voz mientras le leía ese cuento que tanto le gustaba, siempre el mismo, siempre aquel del galante caballero…esos que después su madre le hizo ver que no existían…pero que ella tanto añoraba.

Hay papá, si aun estuvieras acá con nosotras…y las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos, inundando a mares sus doloridas mejillas…hasta que el sueño la venció, mientras volvía a sentir los dedos de su padre en su cabello y su voz acunando sus oídos…

Unos minutos después la música termino, el disco volvió a su tapa y la caja rosa se volvió a ocultar, mientras una sombra, a su lado, le susurraba

“Duerme mi niña, duerme que papá siempre estará a tu lado”

© Omar R. La Rosa

Córdoba - Argentina

4/Enero/22

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