domingo, 26 de noviembre de 2023

Velas Negras.

Velas Negras

Acercarme a ti es una aventura solitaria, como enfrentar la mar en mi vieja barca.
Igual que navegar, estar a tu lado despierta en mí las pasiones más viriles y humanas…
El desafío de estar en tus brazos solo se equipara a estar en brazos del mar.
Como el mar eres una delicia cuando estas tranquila y la suave brisa mese tus cabellos, igual que la mar eres de temer cuando vientos de cólera ensortijan tu guedeja.
Como él mar eres para mí una pendiente sentencia de muerte a la que no puedo escapar, una llamada atávica a la que no me puedo sustraer aun a sabiendas del peligro que me acecha.
Como el mar eres toda promesas y la imagen de mi vela hinchada por el viento penetrando el misterio de tus olas es el acicate que me impulsa a enfrentar los mayores peligros.
Marinero al fin no tengo alternativa a mi destino, perecer en tus brazos.

© Marcial Apuleyo
Portada sobre imagen de Pinterest S/Y Zoraida 1888 © Beken
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sábado, 18 de noviembre de 2023

Desafío, que los limites estan para correrlos

 

Desafío

Llego al final del camino, se detuvo y, cruzando las piernas sobre la montura se quedó oteando el horizonte.

Tras él, a derecha e izquierda, la inmensidad de la llanura que acababa de atravesar haciéndola suya. Frente a él el gran rio y toda aquella tierra que no le pertenecía...

El sol, ocultándose tras el horizonte, cedió su luz a las sombras y todos los que lo acompañaban armaron el campamento donde pasarían la noche.

Él no se movió, solo siguió con la vista puesta en la otra orilla.

Ya noche cerrada, él seguía en su contemplación, sin que nadie osara interrumpirlo, hasta que ella, la concubina preferida, tomo ánimo y caminó hacia donde estaba el real jinete. Era su prerrogativa y su deber.

Las estrellas brillando en el cielo anunciaban el frio que se avecinaba.

- ¿En qué piensas sire? – casi susurro cuando estuvo a su lado.

Si la escucho no se inmuto. Por un instante continuó impávido, mientras el corazón de ella suspendía los latidos en una tensa espera.

Sin decir palabra, como tampoco las decía ese hombre tan imponente, que ella podía controlar cuando lograba cubrirlo con sus brazos, apoyando en sus senos la regia cabeza.

- En el rio – hablo él al final.

- ¿Qué quieres hacer? –

- Cruzarlo –

- ¿Por qué? –

- Porque para eso están los ríos, para ser cruzados –

- …también se los puede navegar – se atrevió a cuestionar, cuidando dejar caer los ojos, en ese gesto tan típico que ella sabía él no podía resistir.

- ¿Ves algún barco a mi rededor? – indago él en medio de una risotada.

No, no había ningún barco. La decisión estaba tomada.

Al día siguiente el Rin cedió ante sus tropas y el fin de un imperio comenzó a desencadenarse.

© Omar R. La Rosa

 

sábado, 4 de noviembre de 2023

La foto del face... - los peligros de las redes

 


La foto del facebook

 

Embobado se quedo mirando las imágenes subidas en una página de facebook.

Después de más de 30 años la foto le traía viejos recuerdos al ver su  joven rostro, junto con las caras de cada uno de los compañeros.

Ahí estaban todos los del cuartel de bomberos donde trabajaba en esa época y entre ellos “el Walter”, “loquillo” le decían…, un pibe raro, siempre contento, pero con esa alegría de la boca para afuera, sus ojos nunca reían.

Recordó del viaje ese que habían hecho juntos, él, “el Walter” y 2 más, en un viejo auto que no podía viajar a más de 80 km/h.

Como 700 km hicieron en esas condiciones, sin que el velocímetro superara nunca esa mínima marca.

El regreso lo hicieron a la misma velocidad y, por supuesto, llegaron tarde.

El Walter, único militar del grupo, quedo preso, por no presentarse a tiempo. Pobre pibe, ¿Qué habrá sido de él?

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Miro detenidamente la foto, ahí estaban todos, incluso el civil ese que lo había convencido de acompañarlo en ese “carromato” de “m…” que parecía andar a pedal.

Al que deberían haber puesto preso al regreso era a ese tipo, no a él.

¡Recién egresado y preso por llegar tarde!, eso manchó su foja y marco su vida…

Más de 30 años esperando, sin saber nada del tipo ese y de pronto ahí aparecía de nuevo en esa foto del facebook.

Se relamió, mientras anotaba la dirección del que había hecho el posteo.

La venganza es un plato que se sirve frio.

(c) Omar R. La Rosa

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