sábado, 1 de octubre de 2022

Próxima etapa ... un largo viaje

 

PROXIMA ETAPA DEL VIAJE

 

E

n estos momentos vienen a mi memoria las conversaciones que solíamos mantener con JC en la secundaria, en especial cuando durante una de las infinitas conversaciones sobre viajes espaciales, conocimos a…., ya no me acuerdo como se llamaba, una chica rara que curso un trimestre con nosotros.

Aun estábamos en la secundaria.

-        ¿Te imaginas viajar miles de años luz? – le había preguntado a JC mientras le daba un mordiscón al alfajor que tenía en la mano. –

Si no se ría, me acuerdo de esos alfajores porque eran muy buenos, es una lástima que no los fabriquen más.

-        Sí, claro, en los cuentos de ciencia ficción esta fácil, pero ¿De dónde sacarías la energía necesaria? – Me cuestionó JC con razón – Pues ese es un punto que nadie parece tener en cuenta –

Habrá visto que en las películas esas cosas no se mencionan, y las naves espaciales desarrollan funciones espectaculares como si fuera gratis.

-        De las estrellas, claro está – aclaré.

-        A si, ¿Cómo? Las estrellas son escasas, comparadas con el espacio vacío. Cuando estés cerca de una, genial, pero ¿Y el resto del viaje? –

-        De la estrella, como te dije –

-        ¿Cómo lo harás? Deberías poder acumular toda la energía necesaria al pasar por la estrella, y eso te limita en cuanto a la cantidad de gente que puedes llevar y la distancia que puedas recorrer antes de quedarte seco –

-        Pues me voy con la estrella y listo – sentencie yo sin tener una mínima idea de lo que decía.

-        Sí, porque esta fácil llevarse una estrella – retrucó él.

-        ¿Quién dijo nada de llevarse una estrella? Lo que yo digo es viajar con la estrella –

-        ¿Qué? –

-        Claro, suponete que queres ir del punto A al punto B, – e hice un garabato con el dedo en la mesa de la cantina, para enfatizar la idea – todo lo que tenemos que hacer es encontrar una estrella que haga el recorrido y pegarte a ella, como una semilla a las patas de un animal. –

JC se quedo mirándome con la boca abierta, pero yo continúe con la explicación.

-        No es tan difícil, solo algo trabajoso hasta que haces todos los cálculos para encontrar la estrella con la trayectoria adecuada. Quizás el único problema sea la incertidumbre de no llegar a conocer todas las variables, pero las leyes de la mecánica celeste son bien conocidas y no veo por qué no aprovecharlas. – concluí.

JC cerró la boca, suspiro, me tomo del hombro en un inconfundible gesto de protección, como quien trata de resguardar a un desvalido y me llevo hacia el aula, donde teníamos clase de física….

-        Te conté que mi viejo me consiguió entradas para ver el partido de Instituto desde la platea…–

 

A

 la salida del colegio retomamos el tema y hablando sobre eso llegamos a la zona donde vivíamos. Cada uno expresaba sus opiniones con los argumentos que tenía….

-        Pero bueno, suponiendo que se pudiera hacer como vos decís, que unos alienígenas que quisieran viajar de una estrella a otra se implantaran en un planeta de una estrella que los acercara, ¿Cómo vivirían en él? Si bien las estrellas viajan rápido, a escala sideral son unas tortugas –

-        Si ese es un buen punto, primero pensé que podrían invernar en alguna instalación especialmente acondicionada, durante el tiempo que les fuera necesario, como hacen esas polillas que nos explicaron en biología, que se entierran como larvas y permanecen así hasta que el clima les es favorable y entonces reviven. Pero después pensé, si el viaje durara, como es previsible, miles o millones de años, ¿Cómo encontrar, en cualquier planeta vivo, un lugar estable para instalarse? Es prácticamente imposible, los planetas que no están muertos cambian su fisonomía continuamente. – Dije con expresión de quien sabe de qué habla y continué – También pensé que se podrían utilizar planetas geológicamente muertos sin atmosfera ni campo magnético, como un satélite, por ejemplo, pero esto tiene la contra de que se está muy expuesto a los rayos cósmicos, los choques con asteroides… –

-        Viste, viste que es como yo te digo, al final viajar en un planeta requeriría tanta tecnología y energía como hacerlo en una nave espacial gigante – Retrucó JC con un dejo de triunfo en la voz, al momento que llegaba a su casa.

Lo despedí y continúe caminando hasta la mía, que estaba al lado de la de él.

            Al día siguiente, durante el almuerzo, surgió nuevamente el tema,

-        Una nave espacial gigante, definitivamente es la mejor opción como la de “cita con Rama” de A.C. Clarck, es como tener un auto, libertad total de movimientos y velocidad –

-        No sé, yo creo que una estrella sería mejor, fíjate – dije mientras apartaba el plato y hacia un grafico en una servilleta – Según Clarck todo el trayecto de Rama a través del sistema solar lleva aproximadamente unos 4 meses (unas 3.000 hs), si el diámetro medio del sistema solar  es de unas 6 hs luz (unos 6 mil millones de Km), eso nos da una velocidad media, para Rama, de unos 5.500 m por segundo. Ahora bien, el sol gira en torno al centro de la galaxia a unos 220.000 (m/s) ¡es un 4000% más rápido! ¿Te das cuenta? ¡Rama demoraría 40 veces más en recorrer la misma distancia que el sol!... En cuanto a la dirección, si la estrella va hacia donde vos queres seria como tomarse el tren y no tenes que manejar –

-        Lo único que me no me sierra en esta idea es ¿Cómo acomodar a la especie en el planeta? –

En la mesa de al lado había un grupo de chicas, normalmente las chicas no prestan atención a estas cosas, pero había una que si lo hacía, una rubiecita menuda de aspecto irrelevante, una nueva que estaba en el colegio por un par de meses, mientras sus padres hacían no se qué trabajos en la ciudad, nunca supimos bien que.

 

A

l levantarse todos, al terminar el almuerzo, la chica se les acerco tímidamente y los saludo. Ellos la miraron con cierta sorpresa, y le devolvieron el saludo.

-        No pude evitar escuchar que hablaban del viaje espacial – fue directamente al grano.

-        Pues, si de eso hablábamos, ¿Por? –

-        Porque pienso que todas las formas son posibles, pero lo de viajar en un planeta, como especie, definitivamente es lo más lógico –

La miraron con extrañeza, esperando que se explicara, cosa que hizo sin necesidad que se lo pidan.

-        Es como viajar en un camalote, esas islas vegetales que flotan en los grandes ríos que bajan de las selvas – se sintió en necesidad de aclarar el concepto, pues estaban a cientos de kilómetros de cualquier rio de ese tipo y dudaba que alguno de esos chicos hubiera visto algún camalote alguna vez, como ella que había estado viviendo a orillas de uno en una de las muchas ciudades donde había vivido, de todos modos los chicos asentían dando a entender que la explicación era innecesaria, eran los más avanzados en ciencias y ese tipo de aclaraciones hasta podían sonar despectivas – ahí es muy normal ver animales que viajan en ellos hasta que pueden pasarse a otro o bajar a tierra firme –

-        Aha – asintieron los dos.

-        Bueno, yo he visto familias de animales pequeños, que tienen un ritmo biológico más rápido, cumplir su ciclo en un camalote. Una vez encontré unas ratas donde había varios adultos, muchas crías y restos de algunos individuos ya fallecidos –

-        Osea, que individuos que subieron al camalote no llegan nunca a bajar de él y otros que si lo hacen han nacido en él –

-        Si, así es exactamente, y viven en el camalote ese hasta que pueden pasar a otro o a la orilla –

-        Interesante, pero ¿de qué nos sirve eso para nuestro problema? Esta todo librado al azar, tranquilamente puede suceder que pierdan de vista el propósito de su viaje, decidan no abandonar nunca el camalote y terminen ahogándose en medio del mar…–

-        Pero no lo hacen, en todas mis observaciones jamás vi que, teniendo la posibilidad de dejar el camalote, algunos individuos no lo hagan, siempre hay un grupo que se baja y así la especie sigue, es como un instinto que tienen –

-        Es decir que vos pensas que algún grupo de un determinado planeta pueda pasarse a otro, de otro sistema solar solo porque si y seguir en ese planeta hasta que puedan mudarse a otro –

Ella asintió.

-        ¿Y por qué harían eso? Si pensamos en un acto de voluntad tiene lógica, pero por impulso, es algo muy primitivo, no digo que no, pero no me parece –

-        Bueno, la voluntad puede inducirse – acotó tímidamente ella. – bastaría que unos pocos individuos, que actuaran como tutores, guiaran al resto –

-        Sí, pero ¿Cómo se mantendría vivos a esos tutores y los conocimientos que deberían tener? –

-        Pues, unos pocos son mucho más sencillo de manejar que unos muchos, a parte no sería necesario que fueran los mismos ni que estuvieran activos todo el tiempo, quizás con uno cada tanto sería suficiente… –

Recuerdo que nos quedamos mirándola con atención, la idea era interesante y nosotros queríamos que termine ¿Se imagina eso? ¿Quién nos dice que los profetas, adivinos, sabios que con sus ideas cambiaron el mundo no fueran “tutores”?, pero sonó el timbre del fin del almuerzo y no pudimos continuar la charla….luego, no sé porque, nos olvidamos del asunto y, creo recordar, ella se fue a otro lado unos días después, con lo que todo quedo ahí.

 

Y

a ve, hace muchos años de esa charla, y ahora estamos planificando una misión sin regreso a la pequeña estrella de Persic, recientemente descubierta, que se acercará a tan solo 2 parsecs de nosotros ¿Y porque lo hacemos?, sabemos que no tiene planetas habitables y que quienes vayan deberán enterrarse en el único planeta rocoso de la misma, Pues, Porque si. ¿Por instinto y porque podemos hacerlo?. ¿O porque estamos siendo inducidos a hacerlo?, ¿Tiene algo que ver que la estrella Persic se aparta de la trayectoria del sol y se acerca a un grupo donde sabemos hay varios planetas habitables?.

Como le digo, esa charla paso hace como 30 años. En fin si no fuera por los acontecimientos actuales no lo hubiera recordado, pero ahora….me gustaría encontrarme con esa chica y tener una charla muy profunda con ella. Vaya a saber quién era y donde estará.

 

E

n el interior de la nave espacial, próxima a partir hacia la estrella Persic, una pequeña mujer ajustaba sus elementos de seguridad, a primera vista no debería estar allí, era obvio que no cumplía los requisitos para el mismo, pero ahí estaba ella, con el mismo aspecto que tenia hacia 30 años… hacia 300 años. Tenía una mirada de satisfacción por el deber cumplido y de esperanza por la nueva etapa que los acercaba un poco más al destino planeado hacia tantos años.


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