Nueces Peladas
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Buenos días. ¿en qué puedo ayudarlo? – me
pregunto solicita la vendedora
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Necesito 100 gr de nueces peladas, por favor – pedí
yo
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Ah, bien, ¿no prefiere este paquete? – me ofreció
tomando uno de nueces peladas que tenía en el exhibidor
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Son 500 gr por $ 200 – aclaró, recalcando la
oferta.
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No – agradecí yo
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Es como cuatro veces más de lo que me pidieron –
aclaré
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Pero es más barato – insistió ella.
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Sí, pero me pidieron 100 gr de nueces peladas,
nada más –
Me miro extrañada, no podía entender que no
quisiera aprovechar la oferta
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Es que mi señora me pidió solo 100 gr – explique
yo confirmando la opinión de, “hombre casado”, que de mi ya se había formado
No seguí excusándome, prudentemente evite
mencionar que después de “quichicientos” años de matrimonio había aprendido a
ser muy meticuloso en cumplir los pedidos de la lista tal cual como estaban
enunciados. Pues, ante cualquier duda, era muy útil poder mostrar que lo traído
coincidía exactamente con lo pedido.
Ese conocimiento me había puesto a salvo de
varias tormentas, o las había atemperado, pues evitarlas solía ser imposible.
Al final uno aprende.
La muchacha colocó las nueces peladas en
una pequeña bolsa, las peso y etiqueto con el precio
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¿Está seguro que no prefiere la oferta? – volvió
a insistir
Me limite a negar cortes mente con la cabeza
La pobre muchacha, mirándome condescendientemente,
como si pensara, “pobre hombre”, cerró la bolsa y me la dio
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$ 40 – me dijo sin más
Y yo me quede boquiabierto, pero en hermético
silencio “100 gr $ 40; 500 gr $ 200”
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¿Cuál era la oferta? - Evite preguntar.
Pague, salude y me fui meditando mis cosas
de viejo.
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