viernes, 23 de agosto de 2024

Un pequeño problema entropico

 
Un pequeño problema entropico

 El profesor M tomo su lugar en el atrio, dispuesto a empezar la reunión que le había hecho recorrer varios mundos para poder presidirla.

En otras circunstancias una video llamada hubiese sido más que suficiente, pero “tiempos difíciles requieren decisiones difíciles” y decidir subirse a esas pequeñas naves espaciales que hacían el enlace con la capital entraba dentro de esta última categoría, era algo que evitaba siempre que podía, pero él no ostentaba el cargo que tenía por rehuir combates.

Ya en su puesto, en la sala de conferencias, respiró profundo y contó un par de veces, para que los técnicos pudieran comprobar que la traducción automática funcionaba correctamente, por si alguien la necesitaba… frunció el ceño, si alguien no era capaz de entenderlo sin traductor no tenía porque estar ahí… pero, protocolos son protocolos, se justificó mientras aprovechaba a mirar a los espectadores en el recinto antes de que este se oscureciera.

Estaba allí lo más selecto de la ciencia universal. Todos y cada uno los más relevantes en sus campos de acción, los verdaderos herederos de aquellos científicos que habían llevado a la humanidad hasta las alturas que hoy tenia.

Una sociedad sin diferencias, en un perfecto equilibrio estable…este último pensamiento le generó un leve escalofrió que le recorrió toda la espalda, era la de ellos una sociedad madura, casi sin cambios…lo más parecido posible a un sistema próximo a su máxima entropía…el escalofrió casi se transformó en pánico.

Pero eso no duraría, a menos que pudieran hacer algo…por eso los había reunidos a todos allí.

Tosió un par de veces, tomó aire y habló.

-          Colegas, colegas – rompió el silencio al fin, llamando la atención de todos.

-          Imagino que pocos de ustedes sospecharan el porqué de esta reunión… y menos la necesidad de las estrictas medidas de confidencialidad que nos vimos obligados a tomar - dejo flotar las palabras en el aire, hasta que el silencio imperante fue tan profundo que se podía escuchar la respiración del sujeto de la última fila (quizás más ansioso que el resto).

-          De más está decir que nada de lo que aquí se comente puede trascender estas paredes. Les recuerdo a todos los acuerdos de confidencialidad firmados antes de embarcar para aquí - aclaró enfáticamente.

(Nota del autor: obviamente nuestra fuente no cumplió, pues estamos leyendo aquí una transcripción de lo sucedido).

-          Con disculpas de los presentes… – dijo esto dirigiéndose hacia un sector donde se notaba que los allí sentados no eran ni ingenieros ni científicos.

-          … del resto de los concurrentes y contra mi voluntad – resaltó esta última frase, por si a alguien le cavia alguna duda de su opinión.

-          Me veo obligado a hacer algunas consideraciones básicas sobre el concepto de entropía, para tratar de ilustrar, aunque sea mínimamente a los legos. – Subrayó las palabras finales, mirando sin disimulo alguno hacia el lugar donde estos se hallaban.

Era conocida de todos la poca estima que  él tenía a quienes no compartían su pasión por las “ciencias duras”. Para él alguien que no supiera, mínimamente, resolver una integral doble era poco menos que un analfabeto.

Los aludidos se movieron en sus butacas con cierta incomodidad, la perspectiva de una aburrida e inentendible charla científica los incomodaba más que el destrato docente.

Una imagen de un “whisky on the rocks” llenó la pantalla tras el profesor, haciendo nacer más de uno que otro deseo etílico.

-          Presten atención por favor – la foto tomó movimiento y poco a poco todos los presentes pudieron ver como el hielo se fundía con la bebida hasta desaparecer.

-          Esto es lo que sucede cuando el calor exterior al sistema “vaso – whisky – hielo” entra en él haciéndole ganar energía… - la presentación siguió avanzando mostrando, en el termómetro colocado en el vaso, como la temperatura, luego de alcanzar un máximo, descendía hasta por debajo del punto en que se encontraba cuando la secuencia comenzara. Entonces se detuvo.

-          ¿Notan algo? – preguntó retóricamente.

-          “Que se ha desperdiciado un buen vaso de whisky” – comentó alguien del grupo que el profesor hubiese preferido no invitar, pero calló inmediatamente al notar la cara de este.

-          Seriedad por favor. Lo primero que podemos, debemos, notar es que aunque el sistema tiene tan poca energía como al principio, no hay hielo en la forma que estaba originalmente 

-          Como saben todos los que han estudiado el tema, este hecho desconcertó grandemente a los científicos de la época en la que se enunciaron los principios de la termodinámica y la conservación de la energía, pues estaban ante un proceso que no era cien por ciento reversible.

De más esta recordar que cosas como estas generaron grandes discordias en la comunidad científica, dando pie a infinidad de discusiones, como pasó con el caso del éter, una sustancia que nadie sabía que era, pero que fue necesaria para explicar el desplazamiento de las ondas de radio, cuando se ignoraba por completo como sucedía esto.

Por supuesto, descubierto el electromagnetismo el éter murió, al punto tal que hoy sólo se lo recuerda como un hecho anecdótico.

Pues bien, siguiendo esta línea de razonamiento... se inventó el concepto de Entropía, dando a entender que esta tenía lugar en un solo sentido, como el tiempo… - tomó un vaso de agua y calló el final del concepto para continuar con la disertación.

-           Al igual que el éter, en el momento de enunciarse la entropía nadie sabía que era, pero, a diferencia de este, en vez de ser reemplazado por un principio físico comprobable, su definición al mundo de las matemáticas, y se transformó en un “concepto probabilístico”, aquello de que los sistemas, al final, terminan asumiendo el estado más probable.

Si bien esta interpretación supero a la anterior, no terminó de satisfacer todas las observaciones empíricas, por lo que volvió a migrar hacia la acepción más aceptada hasta hoy, que define la entropía como una “pérdida irreversible de la información del sistema” –

En este momento hubo un breve receso, durante el cual se encendieron las luces del lugar, permitiéndole observar a los presentes. Le quedo claro que ingenieros y científicos no habían necesitado su explicación y que el resto no la había apreciado…en fin las reglas se hacen para seguirlas (y, eventualmente romperlas, sonrió con un dejo de tristeza).

Cuando todos regresaron se dispuso a continuar la charla para llegar al meollo de la reunión. Antes de empezar observó, entre el público, la mano levantada de un asistente.

Con un gesto casi imperceptible pidió a un colaborador que acerque un micrófono a la persona indicada.

-          Doctor, disculpe mi ignorancia – se excusó la hablante.

-          No es necesario que pida disculpas señorita… - (ya todos suponemos que lo es, iba a agregar al verla ubicada del lado de los legos, pero prefirió callar).

-          Carmen, doctora Carmen San Diego – aclaró ella, entendiendo que la frase inconclusa había sido una invitación a presentarse.

-          ¿Doctora en leyes? –

-          No, no. Doctora en ciencias biológicas – esta respuesta atemperó algo el semblante de profesor, al tiempo que con una seña le indicaba que siguiera.

-          Entiendo que usted afirma que el cubo de hielo no puede volver a reconstruirse porque en la primera parte del proceso, mientras la entropía aumentaba y el estado del sistema cambiaba, se destruyó la información que este contenía, pasando del orden al caos…lo que no se puede revertir –

-          Más o menos –

-          Entonces, si no se puede pasar del caos al orden, ¿Cómo se explica la aparición de la vida, ya que, partiendo de una mezcla casi uniforme de átomos y moléculas se pasó a estructuras complejas, indudablemente ordenadas y con gran cantidad de información? -

-          En realidad, esta pregunta se contesta sola. Para que se produzca la aparición de la vida hizo falta energía, externa al sistema en que la misma se desarrollaba, o sea, el concepto de crecimiento continuo de la entropía solo es aplicable a sistemas cerrados, y en este caso no lo seria –

-          Sin embargo – insistió – el universo, tal como lo conocemos, si sería un sistema cerrado… -

La acotación era inteligente y una sonrisa de satisfacción se esbozo levemente en el rostro del profesor.

-          Buen punto, no puedo dejar de coincidir con usted.

El problema está en que según sabemos, nuestro universo tuvo un inicio, un momento en el cual empezó a existir, donde todo estaba “ordenado”,  concentrado en un punto, a partir del cual se desarrollo en ese aparente caos que, a la larga, llevo a la aparición de la vida, tal cual usted acota.

Ahora bien, por más que lo hemos intentado no hemos llegado a saber cómo era el universo antes de su comienzo, toda la información previa o no existe o está fuera de nuestro alcance.

Lo que suponemos es que ese punto puede haber sido un punto de conexión con algo exterior que no conocemos.

En ese momento nuestro universo “no fue un sistema cerrado”.

De ahí en más, todo lo que hemos visto nos lleva a pensar que en nuestro universo la entropía está en continuo crecimiento – concluyó doctamente.

-          ¿Nos hicieron recorrer medio mundo para asistir a una discusión “filosófica” – se quejó alguien.

-          Pues, sí, así sería si no fuera por esto – indicó la foto de la nave espacial que acababa de aparecer en la pantalla. Una pequeña nave, de diseño muy anticuado. Todos identificaron a la famosa “Voyager”. Uno de los primeros artefactos creados por la humanidad que abandonó los límites del sistema solar, hacía ya más de un siglo, en los albores de los viajes espaciales.

-          Sucede que esta máquina ha vuelto a aparecer en nuestros sistemas de monitoreo del espacio profundo – continuó explicando.

-          ¿Y qué tiene eso de raro? Puede haber sido empujada de regreso por vaya a saber que casualidades de la gravitación… - acotó alguien, sin esperar a ser invitado a hacerlo.

El profesor escuchó pacientemente.

-          Sí. Eso está contemplado en la acepción probabilística de la entropía, que una posibilidad sea muy cercana a cero no la convierte en una certeza y puede suceder – aceptó.

-          ¿Entonces? ¿Cuál es el problema? –

-          Que hace casi 30 años que la “Voyager” fue descubierta y desde entonces le venimos haciendo un exhaustivo seguimiento. – apretó un botón en algún lugar del atril y todos los presentes recibieron copia de los resultados de ese seguimiento.

-          Como podrán notar a poco que lean el informe, no solo la nave ha regresado si no que sigue mandando información… -

Todos aplaudieron saludando el portento tecnológico de los antiguos, todos menos dos o tres que si se habían puesto a leer el informe

-          Pero, ¡Esto no es posible! – exclamó incrédulo uno de ellos.

-          Exacto, cada envió es más fuerte que el anterior, como que se nos está acercando, pero contiene información más antigua…de hecho está repitiendo exactamente la secuencia del viaje original…-

-          Entonces ¿está volviendo en el tiempo? – interrogó otro incrédulo.

-          Eso pensamos. De ahí la discordia existente. Si esto es así, la entropía no existe y sería posible volver al pasado –

Varias caras, sobre todo entre el grupo de los historiadores, esbozaron una leve y expectante sonrisa.

-          …pero se está perdiendo el futuro en el proceso – concluyó el profesor apocalípticamente.

De acuerdo a los datos obtenidos, era como que el tiempo estaba revotando y los arrastraba en su regreso borrando todo en su camino. Perdiendo toda la información existente en el proceso de remisión. Literalmente “borrando el futuro”.

Si esto efectivamente era así se perderían años de desarrollo, se volvería a la tierra original de los hombres de las cavernas o vaya uno a saber qué tanto.

De pronto surgieron varias teorías sobre la razón y las implicancias de esta noticia.

La discordia, como motor de acción, se instaló en la sala permitiendo nacer un atisbo de esperanza.

Ese había sido el objetivo, poner a todos en alerta, de la manera más discreta posible, a buscar una salida, si es que tal cosa existía.

No había forma de saberlo, asumió el profesor M mientras recogía sus papeles y se retiraba de la sala de conferencias, pero el primer paso ya estaba dado, ahora solo restaba confiar.

 

04/05/2024

Nota intrascendente: En las sombras, tras la barra del bar del lugar, una estudiante de física, que estaba allí como pasante, recordó el enigma de  “las ecuaciones de Pérez” que había leído en “Oscillantis via”, pero guardó silencio amilanada por tantas eminencias presentes.

 

 

 

 

domingo, 10 de marzo de 2024

En el Subterraneo - sesión de catarsis

 
Subterráneo

Hace frio, es lógico estamos en Junio, pero acá abajo se está bastante bien.

No es que el subterráneo sea un lugar muy agradable ni que yo me este refiriendo al medio de transporte en que estoy ahora, pero la reflexión vale igual.

Y es que después de todo un día expuesto a la intemperie de la ciudad y su mundo tan ajeno a mí, descender a esta “cueva” casi matriz es un bálsamo que disfruto.

Aquí abajo, sentado en el viejo banco, arropado con mí apolillado sobretodo, que me abriga más al no estar expuesto al helado viento y la fría indiferencia citadina, casi me siento bien.

Aquí puedo entrecerrar mis ojos sin que a nadie le importe (el pobre viejo se está durmiendo) y dejarme llevar a mi mundo, ese en que nací, con valores, con gente de bien orgullosa de tener un trabajo y una familia, con una mujer que lo espera y niños correteando por ahí…y puedo ver a mi abuelo, disfrutando del solcito de la tarde, sentarme a su lado y escuchar sus historias.

“Cuando sea grande quiero ser como vos abuelo…”

Y ya ves, soy grande, físicamente me parezco a vos, al recuerdo que tengo de vos, pero ahí acaba todo, el mundo es otro, casi no hay niños, no hay nietos a los que contarles historias, no hay familias…

-          Señor, señor, termino el recorrido –

-          ¿Eh? A sí, sí, gracias -

Me levanto, ajusto mi saco, me pongo la careta de hombre civilizado, que no me da para una sonrisa, y salgo nuevamente al exterior, a seguir fingiendo hasta que el viaje efectivamente termine.

© Omar R. La Rosa 10/3/24

domingo, 11 de febrero de 2024

Palabras Atávicas -

 Palabras atávicas

Hay palabras atávicas, palabras cargadas de significados que exceden largamente su mero sonido y la imagen directa que evocan.

Palabras que hasta da temor pronunciar, porque al solo hacerlo rompen el encanto de la imagen que las llama.

Puedo pintar con letras el paisaje que las engloba, como lo hago ahora viéndote alejarte de mí, con paso felino y andar etéreo, provocadora.

Puedo describir la suave curva en que termina tu espalda, y como de pronto un borbotón de vida le da forma de deseo, para precipitarla en lo más profundo de tu ser femenino, descendiendo hasta la naciente de tus piernas.

Puedo imaginar mil maneras de describir tus dedos apenas posados sobre la loza, como acariciando el pocillo de café con los restos del preludio que te trajo a mí, pero no puedo pronunciar la simple palabra que describe lo que ahora me muestras, la que por sí sola grafica la imagen que me regalas en este momento.

Y no lo hago, porque temo el poder de la misma.

Temo perder tu amada imagen, temo que la vista de tu espalda sea la de tu partida y no solo el ensayo de tu regreso.

(c)
Marcial Apuleyo

 

 

 

 

 

domingo, 26 de noviembre de 2023

Velas Negras.

Velas Negras

Acercarme a ti es una aventura solitaria, como enfrentar la mar en mi vieja barca.
Igual que navegar, estar a tu lado despierta en mí las pasiones más viriles y humanas…
El desafío de estar en tus brazos solo se equipara a estar en brazos del mar.
Como el mar eres una delicia cuando estas tranquila y la suave brisa mese tus cabellos, igual que la mar eres de temer cuando vientos de cólera ensortijan tu guedeja.
Como él mar eres para mí una pendiente sentencia de muerte a la que no puedo escapar, una llamada atávica a la que no me puedo sustraer aun a sabiendas del peligro que me acecha.
Como el mar eres toda promesas y la imagen de mi vela hinchada por el viento penetrando el misterio de tus olas es el acicate que me impulsa a enfrentar los mayores peligros.
Marinero al fin no tengo alternativa a mi destino, perecer en tus brazos.

© Marcial Apuleyo
Portada sobre imagen de Pinterest S/Y Zoraida 1888 © Beken
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sábado, 18 de noviembre de 2023

Desafío, que los limites estan para correrlos

 

Desafío

Llego al final del camino, se detuvo y, cruzando las piernas sobre la montura se quedó oteando el horizonte.

Tras él, a derecha e izquierda, la inmensidad de la llanura que acababa de atravesar haciéndola suya. Frente a él el gran rio y toda aquella tierra que no le pertenecía...

El sol, ocultándose tras el horizonte, cedió su luz a las sombras y todos los que lo acompañaban armaron el campamento donde pasarían la noche.

Él no se movió, solo siguió con la vista puesta en la otra orilla.

Ya noche cerrada, él seguía en su contemplación, sin que nadie osara interrumpirlo, hasta que ella, la concubina preferida, tomo ánimo y caminó hacia donde estaba el real jinete. Era su prerrogativa y su deber.

Las estrellas brillando en el cielo anunciaban el frio que se avecinaba.

- ¿En qué piensas sire? – casi susurro cuando estuvo a su lado.

Si la escucho no se inmuto. Por un instante continuó impávido, mientras el corazón de ella suspendía los latidos en una tensa espera.

Sin decir palabra, como tampoco las decía ese hombre tan imponente, que ella podía controlar cuando lograba cubrirlo con sus brazos, apoyando en sus senos la regia cabeza.

- En el rio – hablo él al final.

- ¿Qué quieres hacer? –

- Cruzarlo –

- ¿Por qué? –

- Porque para eso están los ríos, para ser cruzados –

- …también se los puede navegar – se atrevió a cuestionar, cuidando dejar caer los ojos, en ese gesto tan típico que ella sabía él no podía resistir.

- ¿Ves algún barco a mi rededor? – indago él en medio de una risotada.

No, no había ningún barco. La decisión estaba tomada.

Al día siguiente el Rin cedió ante sus tropas y el fin de un imperio comenzó a desencadenarse.

© Omar R. La Rosa

 

sábado, 4 de noviembre de 2023

La foto del face... - los peligros de las redes

 


La foto del facebook

 

Embobado se quedo mirando las imágenes subidas en una página de facebook.

Después de más de 30 años la foto le traía viejos recuerdos al ver su  joven rostro, junto con las caras de cada uno de los compañeros.

Ahí estaban todos los del cuartel de bomberos donde trabajaba en esa época y entre ellos “el Walter”, “loquillo” le decían…, un pibe raro, siempre contento, pero con esa alegría de la boca para afuera, sus ojos nunca reían.

Recordó del viaje ese que habían hecho juntos, él, “el Walter” y 2 más, en un viejo auto que no podía viajar a más de 80 km/h.

Como 700 km hicieron en esas condiciones, sin que el velocímetro superara nunca esa mínima marca.

El regreso lo hicieron a la misma velocidad y, por supuesto, llegaron tarde.

El Walter, único militar del grupo, quedo preso, por no presentarse a tiempo. Pobre pibe, ¿Qué habrá sido de él?

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Miro detenidamente la foto, ahí estaban todos, incluso el civil ese que lo había convencido de acompañarlo en ese “carromato” de “m…” que parecía andar a pedal.

Al que deberían haber puesto preso al regreso era a ese tipo, no a él.

¡Recién egresado y preso por llegar tarde!, eso manchó su foja y marco su vida…

Más de 30 años esperando, sin saber nada del tipo ese y de pronto ahí aparecía de nuevo en esa foto del facebook.

Se relamió, mientras anotaba la dirección del que había hecho el posteo.

La venganza es un plato que se sirve frio.

(c) Omar R. La Rosa

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domingo, 22 de octubre de 2023

El caso del cerro Goye - Una carta pidiendo ayuda


Inspector Jonás

S             /              D

 

Estimado Inspector

Si bien no tengo el gusto de conocerle en persona, la lectura de las noticias de sus hazañas como detective y los buenos comentarios que de usted me llegan me animan a escribirle la presente nota, en la esperanza de poder contar con lo que seria, de aceptar, su inapreciable ayuda en el caso que paso a exponer a continuación.

Usted no tiene por que saberlo, pero mi autor es una persona ya mayor, criada a la antigua, poco dada a hablar de sus cosas personales, por lo que estoy seguro que, de no mediar mi intervención jamás se sabría lo que le sucedió en Febrero de 1976.

En efecto, si no fuera por mi experiencia personal (de la que quizás usted ya tenga noticia), y por los hechos sobre los que viene hablando el señor Cuauhtemoc, (entiendo que es su autor) en sus últimos videos, yo tampoco me animaría a comentar lo que he averiguado sobre lo que le paso al pobre en ese paradisiaco paisaje de nuestro amado sur.

Pero, a los hechos, para ponerlo en escena le comento que esto es real y le sucedió al autor y sus amigos, en un camping de Colonia Suiza, sobre la margen sur del lago Perito Moreno, en cercanías de la ciudad de Bariloche (a modo de post data adjunto los datos geográficos, por si le son de utilidad)

A principios del año 1976 en nuestro país la situación política era delicada (como, luego aprendí, lo ha sido siempre) pero aun teníamos un gobierno civil, lo que posibilito que mi autor hiciera su primer campamento con el grupo parroquial al que concurría.

Imagínese, en esos días era un jovencito que cumpliría los años fuera de su casa por primera vez, y todo  le era desconocido y en extremo excitante, como debe ser a los 16.

Para no aburrirlo no he de entrar en detalles irrelevantes, baste con decir que una de las noches de fogón, donde el grupo de jóvenes tocaba la guitarra y cantaba canciones de protesta, (a imitación del estilo de vida hippie que nos llegaba de yanquilandia), se prolongó más de lo usual, y, entre charlas filosóficas y discusiones sobre que si el pisco chileno era mejor que el peruano o viceversa, se quedo dormido al costado del fuego, tapado hasta las orejas con su poncho, que si bien por acá Febrero es pleno verano, las noches cordilleranas siempre son frías.

Y así habría amanecido, a no dudarlo, de no haber sido por esa brillante luz en el cielo sur, tras el cerro Goye (que desde la playa se ve en ese sentido).

Cuando abrió los ojos pudo ver claramente las caras de los cuatro compañeros que no se habían retirado a dormir a las carpas, tanto había aclarado la noche.

Todos con la misma expresión de asombro y, según reconoce, algo de temor.

Temor que se transformó en miedo (que no pánico) cuando uno de ellos, al querer incorporarse, se vio golpeado por una fuerza invisible que lo postro nuevamente sobre el pedregoso suelo.

Cuenta que pasaron varios minutos (aunque a lo mejor no fueran más de dos) respirando profundo, tratando de entender que pasaba.

Lo único que se les ocurrió fue un temblor, que explicaría la caída del compañero, pero descartaron la idea porque solo afecto al joven.

Como pasado el tiempo (en sus propias palabras) “no pudieron elaborar ninguna otra hipótesis”, optaron por  tratar de incorporase todos a la vez, y es aquí donde su relato se vuelve confuso y su ayuda cobra importancia, si me la brinda.

Dice el autor que, ni bien parados sobre sus piernas estas empezaron a temblar como presas de un espasmo incontrolable, que las pocas estrellas del cielo (de donde se deduce que esto acaece cerca del amanecer) comenzaron a girar alocadamente, produciendo una poderosa sensación de mareo y que, he aquí lo más impresionante, el Goye (el cerro) se incorporó con un poderoso bramido, amenazando aplastarlos con su mole.

Pasado esto nadie recuerda nada más, lo próximo que se sabe es que los encontró una de las chicas del grupo, a eso de las 9 de la mañana, con el sol ya alto, desparramados en torno al apagado fogón, en unas posiciones muy  extrañas, que la asustaron.

Sobre todo porque no despertaron fácilmente, que parecían como hechizados o algo así.

Y hasta aquí el relato de los hechos

Solo puedo agregar que, debido a una gran casualidad, por esos días yo me encontraba en el parque nacional Nahuel Huapi (o no tanto, pues estaba estudiando un caso que a lo mejor le cuente en alguna otra oportunidad, si así lo desea)

Como le digo, debido a esta casualidad me anoticie de lo sucedido apenas pasado el medio día.

Por la índole del asunto que le comente renglones arriba, este relato, que en otras circunstancias no habría pasado de ser otro caso de chicos, llamo mi atención y me acerque a echar un vistazo por el campamento, donde, para mi decepción, la escena de los hechos no había sido preservada, por lo que poco o nada pude recabar, más allá de las dos botella bacías de pisco, que le estoy enviando en una encomienda por bulto separado (uno peruano y otro chileno).

A la espera de que el caso despierte su interés y pueda brindarme su colaboración le saluda atte.

O.  Fabeldichter

 

Post data:  https://www.google.com/maps/place/Cerro+Goye/@-41.1181904,-71.5266806,12.5z/data=!4m6!3m5!1s0x961a74759df4d7bb:0x753ce6af2d81a41c!8m2!3d-41.1183739!4d-71.504153!16s%2Fg%2F11byl66yz8?entry=ttu

 

sábado, 9 de septiembre de 2023

Lucrecia, el precio de la sobervia de los ignorantes

 

Como venía haciendo los últimos 10 días, se presentó en el penal para entrevistar a un interno. Siempre uno distinto, era para parte de un relevamiento para su tesis.

-          Solo 10 minutos señorita –  le advirtió el guardia, como de costumbre al franquearle el acceso.

-          Sí, gracias, será  suficiente  – sonrió ella complaciente, aunque esta vez su sonrisa no fuera la de costumbre, pero claro, eso nadie podía saberlo.

-          Si tiene algún  problema solo avise, estamos del otro lado – indicó el guardia cárcel  saliendo por la puerta.

La habitación estaba completamente desnuda, a no ser por la mesa y las dos sillas, una a cada lado de la misma.

Con paso sensual camino hasta la que estaba vacía y se sentó, acomodándose de modo tal que su generoso busto, recatadamente cubierto, pero inteligentemente insinuado, fuera apreciado por el hombre encadenado en la otra silla, frente a ella.

Con gesto profesional activo el grabador y abrió el block de notas.

-          ¿Listo? – preguntó ella.

-          Adelante preciosura – se jacto él, recostándose contra el duro respaldo de metal de su silla.

-          Para el registro, ¿Me repite su nombre y porque está aquí? –

-          Estoy aquí por culpa de un soplón … -

-          Sí, pero ¿De qué se le acusa? –

-          ¿Acusar? Ja, de nada, yo las mate a todas, no hacen falta acusaciones – se vanaglorio

-          ¿Cuántas has matado? –

-          Mmm, a ver déjame pensar … - e hizo la pantomima de estar haciéndolo – unas 15, aunque creo que la ultima se murió sola, del susto, antes de que la acuchillara  

-          ¿Se acuerda su nombre? –

-          ¿Importa? –

-          Mmm no, supongo que no. A propósito, no nos has dejado su nombre, para el registro – aclaró indicando el grabador.

-          ¿Solo mi nombre?¿No quieres también mi numero de teléfono? – bromeó, pavoneándose.

Ella sonrió cómplice.

Durante los siguientes minutos la entrevista fue subiendo de temperatura, en la medida que él narraba con lujo de detalles las violaciones y asesinatos que había cometido. Un psicopata total.

Con cada detalle ella parecía excitarse más, hasta que, ya casi sobre el final del tiempo concedido ella estiro su blanca mano, como para apagar el grabador y, con un movimiento imperceptible, rozo las de él.

Solo las cadenas que lo mantenían unido a la silla evitaron que el hombre se le abalanzará.

Sabedora de esto, ella avanzó un paso más, mirándolo fijamente a los ojos entreabrió sus labios rojos y en un susurro preguntó.

-          ¿Sabes quien fue Lucrecia Borgia? –

Extrañado el hombre dudo para luego reír.

-          No, no recuerdo a ninguna con ese nombre de loca – negó él despectivamente.

-           Es una pena – se lamentó ella, jugando con la lengua entre los blancos dientes, que solo él, sentado frente a ella, podía ver.

Distraídamente apoyo los codos sobre la mesa, haciendo palpitar sus pechos, acercándose peligrosamente al reo, que, en un alarde de fuerza hormonal logró mover la silla y besar violentamente los rojos labios de la mujer.

Fingiendo sorpresa esta se retiró satisfecha, mientras el hombre, ya contenido por los guardia cárceles, que prontamente lo redujeron, saboreaba el carmín que había robado.

-          Nunca podrás olvidar ese beso – se rió mirándola sobrador.

-          La soberbia de los ignorantes – suspiró ella mientras un guardia se deshacía  en pedidos de disculpas por lo sucedido, no fuera a ponerle una denuncia por el triste incidente.

Ya fuera el penal camino tranquilamente hasta su auto, subió y se marcho.

Unas cuadras más adelante se detuvo en una gasolinera y entro al baño.

Puso la traba, abrió su cartera, sacó un pañuelo de papel, con el cual quito los restos del labial que aun tenia y lo arrojó al escusado.

Luego sacó un pequeño frasquito y se bebió el contenido del antídoto, por las dudas.

Satisfecha miro el reloj y sonrío, a estas horas el maldito ya debería estar en sus últimos estertores.

Ese mal nacido no volvería a matar a nadie.

© Omar R. La Rosa

15/Feb/2022

 

viernes, 1 de septiembre de 2023

De cómo un concierto salvo un pais - puede pasar

 De cómo un concierto salvo un país



En la oficina del INPRES(1), ya pasada las 22:00 hs, no quedaba casi nadie, solo un técnico y una pasante que revisaban, incrédulos, los datos de la simulación que acaban de correr.

-          No puede ser Sabrina – Indicó Diego, señalando los resultados obtenidos.

-          Si, es increíble, pero lo hemos verificado ya 10 veces y siempre da lo mismo – afirmó la pasante. – Creo que deberíamos avisar a las autoridades –

-          Sí, tenemos que hacerlo – aceptó el geólogo decidido, tomando el teléfono, marcando el número del ministerio.

Ella lo observó mientras él, atento, esperaba respuesta, la misma llego luego de una eternidad, se sabe que en los ministerios los horarios se cumplen a rajatabla y era algo inaudito que alguien atendiera el teléfono, pero al final pasó.

….

Pacientemente explicó el peligro en ciernes, debían suspender el recital publicitado.

-           

Por la expresión de Diego, Sabrina dedujo que del otro lado se negaban a hacer tal cosa

-          Pero ¿lo pensaron bien? Estoy advirtiéndoles  del peligro… –

-          … –

-          … por la cantidad de gente y la potencia del sonido, puede ser peligroso –

-           

-          Sí, sí, lo entiendo, solo que la posibilidad de desencadenar un temblor es muy real 

-          … –

-          Sí, se que Buenos Aires no es una zona sísmica, apenas se producen temblores aquí, pero ha pasado, y puede volver a pasar –

-          … –

-          ¿Qué que tiene que ver el recital? Pues, por teléfono es difícil de explicar, si me permite me llego por su oficina y le muestro las graficas de concentración de tensiones en la placa continental, es un proceso natural que, en condiciones normales, puede producir un temblor importante cada unos 100 años… -

-          …. –

-          Sí, entiendo su escepticismo y hasta su risa –

-          … –

-          No, ¿Cómo voy a pensar que me estoy burlando de usted? –

-           

-          Solo que, si se dan ciertas condiciones el evento se puede precipitar, y hay antecedentes de que eso ya ha pasado en otros lados (2)

-          … –

-          Lo entiendo, en política esas cosas no importan y que es muy importante que el público disfrute el recital en ese momento –

-           

-          ¡Ya hay más de 100.000 entradas regaladas…! –

-          …. –

-          Perdón, distribuidas, sí, sí, que el recital es gratuito –

-          Hola, hola, hola. Me cortó – dijo por fin, derrotado, al tiempo que volvía a marcar.

-          Deja, ya esta noche no te escucharan, mejor inténtalo de nuevo mañana – lo calmó la pasante.

Tenía razón, lo mejor era irse a dormir… si la idea, dando vuelta en su cabeza, lo dejaba…en fin, mañana seria otro día.

Por su puesto no durmió bien. Es que las cosas pasan… En sueños vio como mientras el recital estaba en su punto culminante, cuando el “pogo” estaba en su fervor máximo y la música sonaba con todo su volumen, la tierra tembló.

Un sismo de grado 4 sacudió la ciudad de Buenos Aires, con epicentro a 3 km bajo el Congreso de la Nación, justo en el momento en que el gobierno en pleno estaba exponiendo ante los legisladores…Días después se sabría que ninguno de los honorables funcionarios sobrevivía a tan gran fue la catástrofe…

Una extraña sensación le atenazo la garganta, fue como ver una luz al final de un túnel…

Los golpes en la puerta lo volvieron a la realidad…más dormido que despierto la abrió y, ante su asombro, allí estaba la figura de Sabrina con los brazos en jarra.

-          ¿Qué haces? Te quedaste dormido ¿o qué? –

El reproche lo termino de despertar y tomo plena conciencia del sueño pasado.

-          Ahhh, sí, las dos cosas – afirmó él, mirando el reloj pulsera.

-          ¿? –

-          No escuche el despertador y…estuve pensando… – ensayó a modo de explicación no pedida  – A lo mejor lo de anoche son solo ideas nuestras… ¿Para qué vamos a seguir molestando? –

-          Pero ¿y si pasa algo? – La joven no podía creer lo que oía.

-          Bueno, está registrado que nosotros llamamos anoche advirtiendo… – se excuso al tiempo que terminaba de vestirse  – ¿Me acompañas a desayunar en el bar de la esquina, tienen una medialunas buenísimas –

-          Bueno – Acepto ella. No entendía el cambio de actitud, pero…una invitación a desayunar no era algo para rechazar.

© Omar R. La Rosa

Notas:

(1)    INPRES Instituto Nacional de PREveción Sísmica

(2)    Dos recitales de Taylor Swift, en el noroeste de EEUU desencadenaron sendos sismos.

https://www.cadena3.com/noticia/espectaculos/dos-shows-de-taylor-swift-en-estados-unidos-provocaron-terremotos-de-23_364674