Un pequeño problema
entropico
El profesor M tomo su lugar en el
atrio, dispuesto a empezar la reunión que le había hecho recorrer varios mundos
para poder presidirla.
En otras circunstancias una video
llamada hubiese sido más que suficiente, pero “tiempos difíciles requieren
decisiones difíciles” y decidir subirse a esas pequeñas naves espaciales que
hacían el enlace con la capital entraba dentro de esta última categoría, era
algo que evitaba siempre que podía, pero él no ostentaba el cargo que tenía por
rehuir combates.
Ya en su puesto, en la sala de
conferencias, respiró profundo y contó un par de veces, para que los técnicos
pudieran comprobar que la traducción automática funcionaba correctamente, por
si alguien la necesitaba… frunció el ceño, si alguien no era capaz de
entenderlo sin traductor no tenía porque estar ahí… pero, protocolos son
protocolos, se justificó mientras aprovechaba a mirar a los espectadores en el
recinto antes de que este se oscureciera.
Estaba allí lo más selecto de la
ciencia universal. Todos y cada uno los más relevantes en sus campos de acción,
los verdaderos herederos de aquellos científicos que habían llevado a la
humanidad hasta las alturas que hoy tenia.
Una sociedad sin diferencias, en
un perfecto equilibrio estable…este último pensamiento le generó un leve
escalofrió que le recorrió toda la espalda, era la de ellos una sociedad
madura, casi sin cambios…lo más parecido posible a un sistema próximo a su
máxima entropía…el escalofrió casi se transformó en pánico.
Pero eso no duraría, a menos que
pudieran hacer algo…por eso los había reunidos a todos allí.
Tosió un par de veces, tomó aire
y habló.
-
Colegas, colegas – rompió el silencio al fin,
llamando la atención de todos.
-
Imagino que pocos de ustedes sospecharan el porqué
de esta reunión… y menos la necesidad de las estrictas medidas de
confidencialidad que nos vimos obligados a tomar - dejo flotar las palabras en
el aire, hasta que el silencio imperante fue tan profundo que se podía escuchar
la respiración del sujeto de la última fila (quizás más ansioso que el resto).
-
De más está decir que nada de lo que aquí se
comente puede trascender estas paredes. Les recuerdo a todos los acuerdos de
confidencialidad firmados antes de embarcar para aquí - aclaró enfáticamente.
(Nota del autor: obviamente nuestra fuente no cumplió, pues
estamos leyendo aquí una transcripción de lo sucedido).
-
Con disculpas de los presentes… – dijo esto
dirigiéndose hacia un sector donde se notaba que los allí sentados no eran ni
ingenieros ni científicos.
-
… del resto de los concurrentes y contra mi
voluntad – resaltó esta última frase, por si a alguien le cavia alguna duda de
su opinión.
-
Me veo obligado a hacer algunas consideraciones
básicas sobre el concepto de entropía, para tratar de ilustrar, aunque sea
mínimamente a los legos. – Subrayó las palabras finales, mirando sin disimulo
alguno hacia el lugar donde estos se hallaban.
Era conocida de todos la poca
estima que él tenía
a quienes no compartían su pasión por las “ciencias duras”. Para él alguien que
no supiera, mínimamente, resolver una integral doble era poco menos que un
analfabeto.
Los aludidos se movieron en sus
butacas con cierta incomodidad, la perspectiva de una aburrida e inentendible
charla científica los incomodaba más que el destrato docente.
Una imagen de un “whisky on the
rocks” llenó la pantalla tras el profesor, haciendo nacer más de uno que otro
deseo etílico.
-
Presten atención por favor – la foto tomó
movimiento y poco a poco todos los presentes pudieron ver como el hielo se fundía
con la bebida hasta desaparecer.
-
Esto es lo que sucede cuando el calor exterior
al sistema “vaso – whisky – hielo” entra en él haciéndole ganar energía… - la
presentación siguió avanzando mostrando, en el termómetro colocado en el vaso,
como la temperatura, luego de alcanzar un máximo, descendía hasta por debajo
del punto en que se encontraba cuando la secuencia comenzara. Entonces se
detuvo.
-
¿Notan algo? – preguntó retóricamente.
-
“Que se ha desperdiciado un buen vaso de whisky”
– comentó alguien del grupo que el profesor hubiese preferido no invitar, pero
calló inmediatamente al notar la cara de este.
-
Seriedad por favor. Lo primero que podemos,
debemos, notar es que aunque el sistema tiene tan poca energía como al
principio, no hay hielo en la forma que estaba originalmente –
-
Como saben todos los que han estudiado el tema,
este hecho desconcertó grandemente a los científicos de la época en la que se
enunciaron los principios de la termodinámica y la conservación de la energía,
pues estaban ante un proceso que no era cien por ciento reversible.
De más esta recordar que cosas como estas
generaron grandes discordias en la comunidad científica, dando pie a infinidad
de discusiones, como pasó con el caso del éter, una sustancia que nadie sabía
que era, pero que fue necesaria para explicar el desplazamiento de las ondas de
radio, cuando se ignoraba por completo como sucedía esto.
Por supuesto, descubierto el
electromagnetismo el éter murió, al punto tal que hoy sólo se lo recuerda como
un hecho anecdótico.
Pues bien, siguiendo esta línea
de razonamiento... se inventó el concepto de Entropía, dando a entender que
esta tenía lugar en un solo sentido, como el tiempo… - tomó un vaso de agua y
calló el final del concepto para continuar con la disertación.
-
Al igual
que el éter, en el momento de enunciarse la entropía nadie sabía que era, pero,
a diferencia de este, en vez de ser reemplazado por un principio físico
comprobable, su definición al mundo de las matemáticas, y se transformó en un
“concepto probabilístico”, aquello de que los sistemas, al final, terminan
asumiendo el estado más probable.
Si bien esta interpretación supero a la
anterior, no terminó de satisfacer todas las observaciones empíricas, por lo
que volvió a migrar hacia la acepción más aceptada hasta hoy, que define la
entropía como una “pérdida irreversible de la información del sistema” –
En este
momento hubo un breve receso, durante el cual se encendieron las luces del
lugar, permitiéndole observar a los presentes. Le quedo claro que ingenieros y
científicos no habían necesitado su explicación y que el resto no la había
apreciado…en fin las reglas se hacen para seguirlas (y, eventualmente
romperlas, sonrió con un dejo de tristeza).
Cuando todos
regresaron se dispuso a continuar la charla para llegar al meollo de la
reunión. Antes de empezar observó, entre el público, la mano levantada de un
asistente.
Con un gesto
casi imperceptible pidió a un colaborador que acerque un micrófono a la persona
indicada.
-
Doctor, disculpe mi ignorancia – se excusó la
hablante.
-
No es necesario que pida disculpas señorita… -
(ya todos suponemos que lo es, iba a agregar al verla ubicada del lado de los
legos, pero prefirió callar).
-
Carmen, doctora Carmen San Diego – aclaró ella,
entendiendo que la frase inconclusa había sido una invitación a presentarse.
-
¿Doctora en leyes? –
-
No, no. Doctora en ciencias biológicas – esta
respuesta atemperó algo el semblante de profesor, al tiempo que con una seña le
indicaba que siguiera.
-
Entiendo que usted afirma que el cubo de hielo
no puede volver a reconstruirse porque en la primera parte del proceso,
mientras la entropía aumentaba y el estado del sistema cambiaba, se destruyó la
información que este contenía, pasando del orden al caos…lo que no se puede
revertir –
-
Más o menos –
-
Entonces, si no se puede pasar del caos al
orden, ¿Cómo se explica la aparición de la vida, ya que, partiendo de una mezcla
casi uniforme de átomos y moléculas se pasó a estructuras complejas,
indudablemente ordenadas y con gran cantidad de información? -
-
En realidad, esta pregunta se contesta sola.
Para que se produzca la aparición de la vida hizo falta energía, externa al
sistema en que la misma se desarrollaba, o sea, el concepto de crecimiento
continuo de la entropía solo es aplicable a sistemas cerrados, y en este caso
no lo seria –
-
Sin embargo – insistió – el universo, tal como
lo conocemos, si sería un sistema cerrado… -
La acotación era inteligente y
una sonrisa de satisfacción se esbozo levemente en el rostro del profesor.
-
Buen punto, no puedo dejar de coincidir con
usted.
El problema está en que según sabemos,
nuestro universo tuvo un inicio, un momento en el cual empezó a existir, donde
todo estaba “ordenado”, concentrado en
un punto, a partir del cual se desarrollo en ese aparente caos que, a la larga,
llevo a la aparición de la vida, tal cual usted acota.
Ahora bien, por más que lo hemos intentado
no hemos llegado a saber cómo era el universo antes de su comienzo, toda la
información previa o no existe o está fuera de nuestro alcance.
Lo que suponemos es que ese punto puede
haber sido un punto de conexión con algo exterior que no conocemos.
En ese momento nuestro universo “no fue un
sistema cerrado”.
De ahí en más, todo lo que hemos visto nos
lleva a pensar que en nuestro universo la entropía está en continuo crecimiento
– concluyó doctamente.
-
¿Nos hicieron recorrer medio mundo para asistir
a una discusión “filosófica” – se quejó alguien.
-
Pues, sí, así sería si no fuera por esto –
indicó la foto de la nave espacial que acababa de aparecer en la pantalla. Una
pequeña nave, de diseño muy anticuado. Todos identificaron a la famosa “Voyager”.
Uno de los primeros artefactos creados por la humanidad que abandonó los
límites del sistema solar, hacía ya más de un siglo, en los albores de los
viajes espaciales.
-
Sucede que esta máquina ha vuelto a aparecer en
nuestros sistemas de monitoreo del espacio profundo – continuó explicando.
-
¿Y qué tiene eso de raro? Puede haber sido
empujada de regreso por vaya a saber que casualidades de la gravitación… - acotó
alguien, sin esperar a ser invitado a hacerlo.
El profesor escuchó
pacientemente.
-
Sí. Eso está contemplado en la acepción
probabilística de la entropía, que una posibilidad sea muy cercana a cero no la
convierte en una certeza y puede suceder – aceptó.
-
¿Entonces? ¿Cuál es el problema? –
-
Que hace casi 30 años que la “Voyager” fue
descubierta y desde entonces le venimos haciendo un exhaustivo seguimiento. –
apretó un botón en algún lugar del atril y todos los presentes recibieron copia
de los resultados de ese seguimiento.
-
Como podrán notar a poco que lean el informe, no
solo la nave ha regresado si no que sigue mandando información… -
Todos
aplaudieron saludando el portento tecnológico de los antiguos, todos menos dos
o tres que si se habían puesto a leer el informe
-
Pero, ¡Esto no es posible! – exclamó incrédulo
uno de ellos.
-
Exacto, cada envió es más fuerte que el
anterior, como que se nos está acercando, pero contiene información más
antigua…de hecho está repitiendo exactamente la secuencia del viaje original…-
-
Entonces ¿está volviendo en el tiempo? –
interrogó otro incrédulo.
-
Eso pensamos. De ahí la discordia existente. Si
esto es así, la entropía no existe y sería posible volver al pasado –
Varias caras, sobre todo entre el
grupo de los historiadores, esbozaron una leve y expectante sonrisa.
-
…pero se está perdiendo el futuro en el proceso
– concluyó el profesor apocalípticamente.
De acuerdo a los datos obtenidos,
era como que el tiempo estaba revotando y los arrastraba en su regreso borrando
todo en su camino. Perdiendo toda la información existente en el proceso de
remisión. Literalmente “borrando el futuro”.
Si esto efectivamente era así se
perderían años de desarrollo, se volvería a la tierra original de los hombres
de las cavernas o vaya uno a saber qué tanto.
De pronto surgieron varias
teorías sobre la razón y las implicancias de esta noticia.
La discordia, como motor de
acción, se instaló en la sala permitiendo nacer un atisbo de esperanza.
Ese había sido el objetivo, poner
a todos en alerta, de la manera más discreta posible, a buscar una salida, si
es que tal cosa existía.
No había forma de saberlo, asumió
el profesor M mientras recogía sus papeles y se retiraba de la sala de
conferencias, pero el primer paso ya estaba dado, ahora solo restaba confiar.
04/05/2024
Nota intrascendente: En las sombras, tras la barra del bar
del lugar, una estudiante de física, que estaba allí como pasante, recordó el
enigma de “las ecuaciones de Pérez” que
había leído en “Oscillantis via”, pero guardó silencio amilanada por tantas
eminencias presentes.