Señales
Desde hacía años venia luchando con la idea de los viajes en
el tiempo, esa había sido una de las razones para seguir doctorado en física.
Sin embargo, de a poco, conforme se familiarizo con los conceptos
teóricos del espacio tiempo y la entropía, comprendió que viajar hacia atrás en
el tiempo era imposible, uno no podía cruzar una puerta y así sin más aparecer
en otra época. Esto al principio lo desilusionó, por un tiempo incluso
considero dejar todo, hasta que un día un amigo lo introdujo en el mundo de la
radio y se encontró con un enfoque distinto de las señales y como estas se
propagan. Las señales y su propagación eran la llave de todo.
Y así tuvo su epifanía, una vez vista la idea se transformo
en el objeto de su vida, o casi, pues tuvo la suerte de conocer una hermosa
mujer, que por alguna razón se fijo en él y eso lo salvo de la locura, pero no
de los burócratas.
Estacionó el móvil en el jardín, bajo de él hablando solo, y
hablando solo entro en la casa.
-
No entiendo como no me entienden, si es tan
sencillo – se quejó amargamente, como descargando las tensiones de la agotadora
reunión con la comisión de presupuesto, de la que acababa de salir.
-
Es que los otros no saben lo que tu querido – lo
consoló su mujer, siempre tan amorosa y comprensible, mientras le acercaba un
vaso con agua.
-
Pero no lo puedo creer, ¿Cómo no se dan cuenta?,
si es lo más lógico, mira… - diciendo y haciendo, desplego planos sobre la
mesa, abrió archivos en la computadora y comenzó a contarle su teoría…ella lo
escuchó sin entender nada pero con gran ternura, no era fácil ser la esposa de
un físico teórico tan brillante
-
….la
pregunta a contestar es ¿Qué pasa con las cosas que pasan? – ella asintió como
si entendiera
-
¿Se desvanecen acaso? ¿desaparecen así sin más?
-
-
Pues no,
lo que pasa es que la información se aparta de nosotros, viajando a una
velocidad ligeramente inferior a la de la luz en el vacío, mientras se
encuentra en la tierra, lo que es despreciable, y a la máxima velocidad una vez
que abandona nuestra atmosfera.- siguió
-
¿Cómo me explico? – se cuestiono - Por ejemplo,
todo el mundo comprende (si es que no lo sabe) que la luz del sol, que se
encuentra a unos 150 millones de kilómetros de nosotros, tarda unos 8 minutos
en llegar a la tierra. Es decir, nosotros no vemos el sol como es, si no como
era hace 8 minutos….- dejo la idea flotando en el aire
-
Bueno, de la misma manera, si alguien nos
observase desde una distancia similar, no nos vería como somos si no como éramos…-
-
Aja – asintió ella algo tontamente
-
Bien, así las cosas es fácil entender que cuanto
más lejos estemos, más tiempo tardara la información en llegarnos, y por lo
tanto lo que veríamos seria cada vez más antiguo Es decir, técnicamente
podríamos ver nuestro pasado, sería como tener el famoso “cronoscopio” de los
cuentos de ciencia ficción…- y se quedó en silencio
-
Pero… – inquirió ella –… te has quedado callado,
eso quiere decir que hay un pero…-
-
Así es, el problema es que para poder ver lo que
paso deberíamos adelantarnos a la señal que genero, y eso significa que
deberíamos alejarnos de aquí a una velocidad mayor a la de la luz…-
-
Lo cual no es posible – completo ella, ufana de poder comentar
correctamente algo del trabajo de él
-
Correcto, pero – y este “pero” tuvo otro tono,
no de negación si no de esperanza
-
Pero, la información no se detiene, solo se
atenúa, pero nunca definitivamente, siempre será posible detectar un trazo de
los datos contenidos en ella por esa razón es que hemos sido capaces de
detectar, por ejemplo, el origen del universo a partir de la radiación de fondo
–
-
Claro – en esta afirmación ya no tenía seguridad
-
Entonces como, según parece, no es descabellado
pensar en un universo esférico, en teoría cualquier cosa que salga desde la
tierra, tarde o temprano volverá a ella – Y abrió los ojos grandemente, mirando
hacia adentro a lo más profundo de las implicancias de su comentario
-
Eso quiere decir que lo que pasó está ahí, viajando
a través del universo esperando a volver a nosotros y que podamos verlo – e
hizo un gran círculo con la mano
-
Solo es necesario poder sintonizarlo, porque
claro, las señales tienen que ser muy débiles y seguramente se enmascaran en
todo el ruido que hace el universo – se paró y camino por la sala, con las
manos atrás, sumido en vaya a saber uno que pensamientos.
Ella lo siguió con la mirada.
Luego de un par de vueltas él se
sentó a su lado
-
Sin embargo no he podido captar nada – asumió derrotado
-
He modificado los circuitos, mejorado la
sensibilidad, ajustado los decodificadores y nada…- se excusó.
-
Y por eso ellos no te creen… – aventuró
comprensiva
-
Así es, y por eso se niegan a darme más fondos –
suspiró y continuo
-
Lo peor es que no logro imaginarme porque no
detecto ninguna señal –
-
Sencillo cariño…- le dijo ella mientras le
acariciaba la cabeza con gesto maternal – es que el universo es muy grande y esas
señales aun no llegan… – completo la frase con femenina lógica.
Él la miro con ojos desorbitados, pero a ella no le importo,
ya estaba emitiendo señales, esas señales que no importaba que distancias
recorrieran, ni que tan viejas fueran, siempre habían llegado. Llegaban y
seguirían llegando mientras la humanidad siguiera siendo humana.
Esas señales no se podían ignorar porque era peligroso.
El
paso sensual con que ella se dirigía al dormitorio era un imperativo atávico.
Sonrió con malicia al pensar la envidia que le daría a un
observador futuro que sintonizara estas
señales.
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