sábado, 11 de julio de 2020

El Aparato - Hermoso sentir la paternal protección estatal


 

Todo había ocurrido hacia ya tanto tiempo que nadie tenía memoria

de cómo eran las cosas antes.

Se sabía, o se creía saber, que en su m omento había resultado una medida algo extrema pero efectiva, a tal punto que se decía que había salvado a la humanidad.

En efecto, parece ser que hubo una época en que una terrible catástrofe estuvo a punto de asolar la especie humana, una especie de virus o algo así, algo que hacia explotar a las personas, un ataque terrorista masivo….

Por suerte el gobierno supo actuar en consecuencia y realizo lo que tenía que hacer para salvaguardar la vida de los ciudadanos con gran celeridad….tanta celeridad que hubo algunos que llegaron a sospechar que todo había sido una gran farsa para hacer que los ciudadanos se instalaran los aparatos por propia voluntad….pero nadie pudo probar esto y en cambio si sucedió que los que sostenían esta teoría conspirativa, y por tanto se resistían a que se les colocaran los aparatos, terminaron siendo víctimas de la peste y explotando sin excepción antes del año. Aunque no todos porque hubo algunos que al ver qué pasaba con sus compañeros advirtieron que estaban en un error y corrieron a solicitar sus aparatos. Lamentablemente no todos lo lograron. Era lógico, en el pico de la epidemia había demoras en la provisión de aparatos y las autoridades tuvieron que optar por relegar a aquellos ciudadanos que habían desconfiado de ellos para cubrir primero a los que no lo habían hecho….lamentable, pero justo e inevitable.

De todos modos algunos lo lograron y vivieron felices el tiempo que les quedaba de vida, sobre todo porque pudieron  comprobar que ni el gobierno, ni nadie, parecían inmiscuirse en sus vidas privadas aprovechándose de los aparatos.

 De apoco los aparatos se fueron desarrollando agregando más y más funciones en dispositivos cada vez más pequeños e imperceptibles hasta llegar al momento actual en que, si bien la peste parece haber  remitido, se los instala por precaución directamente en los recién nacidos asegurándonos a todos una vida prácticamente libre de enfermedades y preocupaciones, mientras el aparato funcione bien, porque eso si aun no se ha podido solucionar.

Por alguna razón misteriosa que los técnicos aun no han llegado a dilucidar, aunque desde el gobierno se asegura que se está muy cerca de encontrar la falla, los aparatos parecen no durar más de 40 años, al cabo de los cuales comienzan a fallar y perder eficacia para contrarrestar una secuela que parece haber quedado de la epidemia que produce aumento de la tensión arterial y que, eventualmente, hace explotar a las personas.

De todos modos, el que un aparato falle no es tan grave, se puede contrarrestar este aumento de la presión arterial con medicamentos, que los más pudientes pueden pagar y los menos reciben gratis del gobierno.

Sin embargo y a pesar de que aun con todos los esfuerzos se ven muy pocas personas de 50 o más años todos debemos estar conformes, pues vivimos mucho más y mejor que nuestros antepasados, en una sociedad mucho más justa donde todos los miembros de la misma somos ciudadanos útiles y productivos que contribuimos al sostenimiento de nuestro benévolo estado. A cambio de esto las personas que administran nuestro estado nos lo agradecen dándonos los aparatos que nos cuidan, aparatos que, aunque han evolucionado mucho desde los primeros  tiempos, aun conservan una característica única. Cada tanto se ponen a vibrar monitoreando nuestros signos vitales mediante un pequeño apretón de nuestros brazos….los primeros detractores decían que en esos momentos nos inyectaban las drogas que servían para manipular nuestra voluntad, pero nosotros sabemos que eso es falso, que en realidad es la forma que los administradores tienen de hacernos saber que están con nosotros que son nuestros amigos, es como eso, un abrazo de amigo que nos dan a todos.

 

Ahora que lo pienso…que raro… parece que hoy no he recibido mi abrazo…¡O no! ¡¿Estará fallando mi aparato? AUN SOY MUY JOVEN…….

 

© Omar R. La Rosa

Córdoba – Argentina

09 Agosto 2011

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