viernes, 14 de enero de 2022

Atentado - no hay peor peligro que el que no se conoce.

 Haciendo uso de una dispensa especial, como él las llamaba, el capitán Fernández encendió un cigarrillo y aspiro profundamente el sedante humo. Estaba completamente prohibido fumar en cualquier dependencia de la flota, pero en este momento eso lo tenía sin cuidado.

Tenía los nervios destrozados, llevaba días sin dormir, y es que no podía entender que había pasado, ¿Cómo habría sido el ataque? Porque de eso estaba seguro, había sido un ataque terrorista, no podía ser de otra forma, y él estaba dispuesto a acabar con los hijos de perra que lo habían perpetrado a como diera lugar.

Solo necesitaba un indicio que lo pusiera sobre la pista de los asesinos de su mejor amigo…y eso esperaba ahora, que los técnicos de la junta de accidentes terminaran la decodificación de la caja negra de la nave.

-          ¿Y?¿Ya saben que pasó? –

-          Ya casi señor – dijo el hombre que corría el programa de decodificación – aquí ya hay algo, mire – y leyó – todo bien, hasta aquí, a los menos 15 minutos en que salto un fusible de iluminación, nada grave –

Sigo ojeando el informe

-          A los menos 10 minutos aparece un intento de reparación. Es algo sencillo, no debería demorar más de 3 minutos…sin embargo… -

-          Sin embargo ¿Qué? –

-          Hasta los menos 2 minutos no se observa reparación alguna…y luego nada, hasta el cortocircuito de  la barra principal de alimentación, sin duda la causa del recalentamiento del generador y su explosión –

-          ¿Está seguro? –

-          Aun es muy pronto para saberlo, pero si se sobrecarga el generador iónico este puede explotar, aunque no me explico cómo pudo haber pasado eso. Nadie en su sano juicio tocaría nada sin antes desconectarlo –

Y Gómez era un experto, seguro que había seguido los procedimientos, no en vano era el mejor en el escuadrón antiexplosivos…

-          ¿Se detecta la presencia de algún extraño abordo? –

-          No señor, el análisis de masa confirma solo dos personas a bordo, el capitán Gómez y su flamante esposa –

¡Gómez casado! ¿Quién lo hubiera dicho? Pero, ya se sabe, hombre amante del peligro, era inevitable que algún día lo intentara, y, a decir verdad, el espécimen elegido para la prueba no podía ser mejor. Difícilmente se encontrara una mujer más hermosa que su esposa en todo ese sector de la galaxia.

El odio volvió a inundar su corazón, el crimen de su amigo no podía, no debía quedar impune, ¡matarlo en su viaje de bodas!¡Que crueldad!

-          ¿Tiene algo más? –

-          No sé, veamos, acá esta el audio de la nave – dijo el técnico quitándose los cascos, reproduciendo el sonido en los altoparlantes.

Minuto menos quince:

-          Bichi, ¿Qué fue eso? – se escuchó la voz sobresaltada de la mujer.

-          No se mi amor, se apagaron las luces interiores, iré a ver qué paso – Gómez explico lo obvio.

-          Tengo miedo – el tono del susurro quito entidad a la afirmación.

-          No hay porque Claudia, debe ser algo menor, seguro algún fusible – la tranquilizo él…

Ruido de roces dan a entender que para tranquilizarla la debió sacudir por lo menos un par de veces, una técnica bastante común en caso de peligro de pánico.

-          Tengo que ir a revisar ese fusible –

-          No demores –

Minuto menos diez:

-          ¿Encontraste algo? – se escucha la voz de la mujer entrando a la sala de comandos.

-          Así parece, se ve que el fusible está arriba… - comenta Gómez haciendo alusión a la característica técnica de esos fusibles térmicos que, cuando se recalientan y actúan, quedan con el pulsador erguido, separado de la carcasa, lo que facilita su identificación, siendo necesario introducirlos nuevamente para reconectar el circuito.

-          ¿Tu fusible también salto amor? – el tono lascivo de la mujer y la posterior ausencia de palabras fueron una buena justificación para la ausencia de acciones técnicas entre los minutos menos diez y menos dos antes de la explosión.

-          Hasta aquí nada anormal – comento el técnico – solo una pareja de recién casados – justifico el hombre y, por un instante, Fernández aflojo el semblante.

-          Siga, por favor – ordenó  – necesito encontrar algo que me de un indicio de cómo se perpetro el ataque, tiene que haber algo –

Minuto menos 2:

-          Bueno, ¿me vas a dejar trabajar o seguimos a oscuras? –

-          Seguimos a oscuras… Bueno, no te pongas mal, ve y arregla ese fusible – refunfuño despechada. Para luego fingir interés.

-          ¿Para qué sirve ese fusible? –

-          Ahora no amor, no está fácil reconectarlo –

-          Claro, apretar ese fusible es lo importante… – la voz sonó despechada.

-          Pero no, amorcito, es que la posición es incomoda… –

-          Está bien no des explicaciones, no soy tonta, se cuando estoy de más… me voy a dar una vuelta por ahí así te dejo apretar tranquilo “tu fusible” –

-          Clau… – se preocupo él mientras se contorsionaba para manipular las pinzas y restituir el fusible, maldiciendo al ingeniero que lo había ubicado en esa posición tan incómoda – es un minuto, no estés dando vueltas, mejor siéntate frente a la ventana y observa las estrellas sin tocar nada – 

-          Está bien, está bien, no me estés diciendo que hacer y que no. No me gusta que me trates como una nena – la grabación de audio permitía notar el casi gemido de la voz femenina así como un ruido de pies que se arrastraban y que solo se hizo perceptible cuando la mujer calló y el silencio reino en la sala.

-          ¡Ahí esta! – se éxito Fernández


– Rebobiné – ordenó.

El técnico asintió y corrió de nuevo el audio

-          “… no me estés diciendo que hacer y que no. No me gusta que me trates como una nena” – y después el sordo roce que el sonido cuadrafónico permitía identificar como movimiento hacia el panel de control.

-          Escucha, esos pasos, hay alguien más – asevero, desconociendo el análisis de masa previo, tanto era su deseo de encontrar a los asesinos de su amigo – seguro que fue un ataque suicida. ¡ya tenemos algo! –

Presa de la adrenalina que lo inundaba el Capitán tomo su teléfono dispuesto a dar un par de órdenes, pero la mano el operador lo detuvo y juntos escucharon el final de la grabación.

-          Bichi ¿Para qué sirve esta palanca roja que esta levantada? –

© Omar La Rosa

11 Enero 2022

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