Brillante, siempre había tenido una mente brillante, y eso le había permitido escalar alto y rápido en la sociedad del estado de corrección.
Los rudimentos de la nueva lengua no mostraron resistencia para con su capacidad de aprender y esto encanto a sus superiores, que no lo eran oficialmente, no podían serlo porque en un mundo donde “todes” eran iguales, no podía haber superiores.
Solo “hermanes” deseoses de ayudar a todes a encontrar su verdere ser, sin importar lo que la antigua cultura hubiera impuesto. ¡Que eso de dividir a la sociedad en hombres y mujeres solo servía para que unos dominaran a otras! Y eso no podía, no debía ser, por más que no fuera.
Mente brillante, como era, la tierra pronto le quedo chica y su límite fue el cielo, allí se instaló, colaborando desde el impoluto ambiente de la estación orbital con quienes luchaban por curar al herido planeta, ideando formas de reducir “amigablemente” la población mundial, sin generar odios gratuitos, ni exponerse a sufrir represalias, solo se trataba de que eran muchos (ellos, no nosotres) y de esos muchos varios se tenían que ir a la brevedad, la tierra ya no soportaba.
Mejores métodos para abortar, adelantos para facilitar la eutanasia y alguna que otra plaga fueron saliendo de su febril mente, y la de sus compañeros; que no era el único en esto.
Pronto las cifras empezaron a cuadrar, los números a mostrar una reducción en la población y la tierra a recuperar sus espacios vitales… y ahí era donde el problema persistía.
Porque, a pesar de los claros resultados, del convencimiento de un gran número de la población de que lo mejor que podían hacer era extinguirse, no traer hijos a sufrir al mundo, ni prolongar inútilmente el sufrimiento de los ancianos…había quienes se resistían.
¿Qué fallaba? Desde su laboratorio no tenia forma de saberlo, por lo que se comisiono en misión de estudio y volvió al planeta, a su ciudad natal, al lugar de sus primeros años, a su barrio y fue ahí, caminando sus calles, que comprendió y con la comprensión le llego la locura... y la culpa.
La locura lo llevo a huir, a desaparecer, a no reportarse más, a rebelarse contra el sistema que lo había convertido en un verdugo de los suyos, la culpa a redimirse.
Se supo que entonces puso su conocimiento y saberes al servicio de la gente, enseñando matemáticas, ciencia desacreditada hacía mucho tiempo, por su capacidad de desarrollar el raciocinio, y lenguas antiguas, recuperando la riqueza y diversidad de que le habían privado y…vaya uno a saber que tantas otras atrocidades.
Por suerte los mismos sistemas que había creado ayudaron a localizarlo.
Cuando los agentes del orden le encontraron estaba desarrollando unas integrales con un pedazo de tiza, sobre una viaja pared.
No opuso resistencia, cual un nuevo Arquímedes ante los invasores de Siracusa(1), no dejo de hacer sus dibujos en la pared, ni aun cuando uno de los soldados lo atravesó con su lanza laser, convirtiéndolo en mártir de la redención.
(1) https://ytusarg.blogspot.com/2022/04/
© Omar R. La Rosa
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