jueves, 11 de junio de 2020

Tiempo de Presupuesto (Entropia y flecha del tiempo)

Amelia estaba embelesada, jamás había soñado con presenciar una de las disertaciones de Albert Einstein, pero Salvador le había permitido viajar a la época en la que el gran físico visito España y ella se había ingeniado para obtener la invitación a la presente charla.

El hombre era un personaje, de eso no cabía duda. En estos momentos, tras un pequeño atril, con un pizarrón lleno de formulas a sus espaldas concluía su disertación:

- …como vemos, el tiempo se puede interpretar como una manifestación de las leyes de la termodinámica…- y, mirando fijamente al publico - por lo tanto se lo puede entender como una magnitud de un solo sentido. Dicho de otra manera, pretender viajar al pasado seria violar este principio de la física. Y, como todos saben, los principios de la física, a diferencia de los de los hombres, no se pueden violar. Las leyes físicas se cumplen si o si, no importa el abogado que las interprete – termino con una chanza hacia los especialistas en leyes, que todos los presentes festejaron

- Profesor – Se animo ella a levantar la mano

- Si – contesto él, extrañado de que fuera una mujer quien le interrogara

- Y si se encontrara algún caso donde la ley no se cumpliera – preguntó Amelia con toda malicia, simulando inocencia.

- Pues, señorita, en ese caso posiblemente usted se haría acreedora a un premio Nobel y todos los demás deberíamos ponernos a estudiar para escribir otra ley – sonrió el físico, con algo de sorna.

- Ha sido una pregunta muy inteligente señorita… - el joven quedo esperando que ella le dijera su nombre.

- Amelia Folch, ¿con quién tengo el gusto? –

- O, disculpe – se excusó él por no haberse presentado – Ignacio Ramón Yerbe de la Fuente Jiménez Salgado –

Ella se quedo mirándolo asombrada de tanta prosapia

-          Pero puede llamarme Ignacio Salgado no más – sonrió él respondiendo a su turbación.


-         
Pocos hombres pueden entender y explicar el concepto de “flecha del tiempo” como este señor ¡Qué grandes son alemanes!, siempre tan racionales, nada que ver con los nuestros.- afirmo enfáticamente, para luego continuar, como si fuera él quien estuviera en el estrado:

-          Ciencia, esa es la base del progreso, no las fantasías esas como el Anacronópete del chiflado Gaspar…¿Gaspar Rimbau? ¡Vaya loco!. Pretender hacerle creer a la gente que es posible viajar en el tiempo – concluyó muy ufano y pagado de si mismo.

Amelia se limito a sonreír, mientras le daba la espalda para aplaudir entusiasmada a Albert Einstein.

  

En la oficina Salvador no podía creer lo que escuchaba

-          Como usted ve, aquí está bien claro, los viajes en el tiempo son imposibles – indicó el agente de hacienda señalando en la tablet un párrafo de las leyes de la termodinámica donde el concepto se mostraba claramente.

-          Pero, pero, nosotros lo hacemos – balbuceo el secretario del ministerio.

-          Entonces me podrá mostrar los fundamentos físicos del viaje en el tiempo. No es tan difícil, ¿los tiene o no los tiene? –

-          Pues…- dudo Salvador


-         
Bueno, ¿ve?. Mire, si usted logra mostrarme los fundamentos científicos del viaje en el tiempo yo mismo lo propondré para el novel de física…mientras tanto me temo que he de recomendar se cancele la financiación para este ministerio –

-          Usted no puede hacer eso –

-          O si, si que puedo. Con el debacle económico en que nos encontramos después de la pandemia ¿usted se cree que recomendare desviar recursos tan necesarios en salud, estimulo, educación…- movió la mano indicando que se refería a infinidad de otras cosas – para asignarlos a un ministerio de “ciencia ficción” –

-          Pero, si usted mismo ha visto que es posible – Salvador no salía del asombro que le causaba este hombre con sus argumentos.


-         
Si, y los milagros existen, ¡por favor!. Estamos en una época ilustrada, la ciencia ha dejado de lado todas esas supercherías. Si no hay pruebas científicamente fundamentadas no hay presupuesto. ¡Buenos Días! – se levanto y se fue, destemplado como había llegado.

Ni bien se quedo solo Salvador hizo pasar a Angustias, que, como correspondía había estado escuchando tras la puerta.

-          ¿Se da cuenta Angustias? – preguntó retóricamente Salvador – Hemos pasado por no sé cuantos reyes y ninguno nos cuestiono que existiéramos. A nadie se le ocurrió siquiera hacernos comparecer ante la Inquisición y mire que habrían tenido tela para cortar con eso…pero no, todos entendieron la importancia de este ministerio, y ahora viene el mocito este, con sus ínfulas cientificistas a cuestionarnos…-

-          Bueno jefe, no se altere, le hace mal –

-          ¡Pero como no me voy a alterar! – y respirando profundamente, recostándose contra el respaldo de su sillón…

-          Si, tiene razón, por favor tráigame un tilo ¿quiere? – cedió.

Cuando Angustias salió, tomo el teléfono y llamó.

-          Hola ¿Amelia? –

-          … -

-          ¿Cómo está usted? ¿sus cosas? –

-          … -

-          Me alegra, Bueno disculpe que la moleste, no quiero interrumpir su retiro. La llamo porque necesitamos urgentemente su ayuda –

-          ….. –

-          ¿Se acuerda de la conferencia esa que dio Einstein a la que usted asistió? Esa donde decía que los viajes en el tiempo no eran posibles –

-          …. –

-          Si, si esa. ¿Y del muchacho ese “tan amable” que me comento conoció allí? –

-          …. –

-          Bueno, el pesado ese. Resulta que hoy nos ha visitado un bisnieto del susodicho y es de vital importancia para la vida de este ministerio que el señor Jiménez Salgado no escuche esa conferencia –

-          …. –

-          Claro, no me cabe duda que Alonso o Pacino podrían cumplir muy bien la misión, pero me temo que la solución que le darían podría ser bastante más traumática que la que espero usted pueda darle. –

-          ….. –

-          Si, le agradezco, confío en que sus métodos serán igual de efectivos y mucho más diplomáticos -

 

Nota del escribiente:

¿Lo lograra?...tendremos que esperar a ver si hay quinta temporada.


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